En el verano del 2009, los arenales de Plentzia, Ereaga (Getxo), Isuntza (Lekeitio), La Arena (Zierbena) y Laida (Ibarrengelu) contarán con puntos de información en los que los individuos con problemas de movilidad que precisan de asistencia podrán ser atendidos de 11,OO-19, 00h. Si se requiere desplazamiento, Bidaideak cuenta con salidas colectivas con servicio de transporte vinculado a asociaciones y centros de personas con discapacidad.
Sillas que permiten el baño
El primer problema es el acceso, sobre todo cuando existen barreras arquitectónicas, “pero el arenal en sí es un medio hostil para deambular con una silla de ruedas”, explica Txema Alonso, responsable del programa. “Sus usuarios tienen vetado el baño convencional y nosotros proporcionamos sillas que permiten la inmersión en el agua, preparadas tanto para quien puede nadar como para los que no pueden desplazarse en absoluto”.
A su juicio, se ha avanzado mucho en la dotación de las playas, gracias a la instalación de pasarelas y servicios adecuados, una medida que ha sido positiva para todo tipo de públicos, o la inclusión de espacios propios en los aparcamientos. “Otra cosa es que esas plazas sean respetadas”, advierte, aunque afirma que la batalla de la socialización se va ganando. “Contamos con unos entarimados, un sistema de sombrillas y pasarelas para acercarse al mar que la gente mantiene expeditos”.
Las previsiones de ‘Hondartza denontzat’ aseguran que el servicio beneficiará a un colectivo estimado entre ochocientas y novecientas personas, aunque no se trata de un recurso muy difundido. En su opinión, lo ideal sería que todas las comarcas costeras contaran con una o dos playas adheridas con su correspondiente servicio, pero existe el inconveniente de que la posibilidad de bañarse en condiciones de seguridad no resulta óptima en todas.
Se necesitan 'aguas tranquilas'
En la zona central del territorio predomina el mar abierto, caso del arenal de Bakio y para que haya una flotabilidad adecuada, estas sillas requieren aguas tranquilas. “Por eso lo hacemos en Laida y no en Laga, porque allí hay más oleaje”, apunta. “Ahora bien, todas deberían estar adaptadas y garantizarse su accesibilidad”.
20 años sin poder mojarse
El programa cuenta con dos tipos de usuarios. Por un lado, los jóvenes con graves discapacidades motrices y el otro, personas mayores con problemas sobrevenidos por la edad y que hasta la puesta en marcha del servicio carecían de medios para acceder a la playa. “Algunos llevaban hasta veinte años sin poder mojarse en el mar”, señala. “Hablamos de un ocio universal y hasta hace, desgraciadamente, poco no lo era”.
Fuente original: http://www.vidasolidaria.com/noticias/2009-06-26/playas-accesibles-vizcaya-1148.html